lunes, 14 de mayo de 2012

Novalis está muerto.

La poesía debe despertar la imaginación de los hombres y de las mujeres. La poesía debe producir excitación en los hombres y las mujeres, en el sentido más sensual del término. El ejecutante debe acatar la tarea como si le fuera la vida en ello, como si a los demás les fuera también la vida en ello, como si se tratara de una labor perentoria que no puede hacerse esperar; hacerlo no como el remilgado canario que canta, sino como el pelícano que agoniza envuelto en una mancha de petróleo. El ejecutante ha de huir del sentimentalismo como de la peste, no, ha de huir de la búsqueda de sentimentalismo como de la peste, el sentimentalismo es el enemigo de los resultados rigurosos, es reiterativo y plomizo, es un cabestro que no atiende a razones y destruirá lo que por sí podía ser ensalzado. Ya somos suficientemente sentimentales de manera involuntaria, el ser humano es sentimental, no puede evitarlo, así que no redundemos en ello, nada bueno puede ocurrir si vamos por este camino. Y no te engañes, eso de que cada cosa puede estar bien en su contexto, de que todo puede tener un valor intrínseco como creación según para qué haya sido hecho, es una gran falacia que alberga en su seno todo un sistema filosófico de la relatividad y el funcionalismo pragmatista, que toca la estética y por extensión la política. No nos mintamos a nosotros mismos, existen cosas buenas y cosas malas, hay mal y bien, o al menos cosas bien hechas y cosas mal hechas, pinchazos y besos, que los supuestos expertos decidan qué se encuadra en cada acepción bajo unas premisas en muchas ocasiones elitistas y por tanto desacertadas no ha de hacernos perder la perspectiva respecto a este asunto. Hay basura, el mundo está lleno de basura, y la primera misión es fijarse en todo lo que sea basura para saber qué es lo que no hay que hacer, la basura constituye la primera y muy importante influencia. Pero sería demasiado fácil si éste fuera el único paso, ser mejor que la basura no puede ser un consuelo ni una meta, solo un cometido. Después hay que mirar a las alturas, y no conformarse nunca con menos que querer parecerse al mismísimo Dios, para no dar jamás menos de lo máximo que puede dar uno mismo de sí. Tienes que ser no mejor que los demás, sino lo mejor que puedas ser tú mismo, no se trata de situarse en las alturas para estar por encima de cualquier otro. Los demás, de hecho, en este sentido dan igual, no se trata de una competición y si estás compitiendo eres tonto. La mentira solo puede contener retazos de verdad en tanto que mentira, así mismo ocurre con la mala literatura respecto de la buena literatura, es decir, que la define o señala en oposición. No llores y no vaciles, y no permitas que te confundan.

2 comentarios:

  1. prueba con la poesía, escribe sobre la realidad cotidiana, las mesas, o las personas, lo que tengas delante.

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