martes, 18 de agosto de 2015

al suroeste de Magdeburgo

emprendo ufano la lectura de un autor del que me había prometido ir, poco a poco, merendándome una serie de obras, porque le dan mucha coba y porque ya leí por ahí algún artículo suyo que me pareció enjundioso. me encuentro con esta primera página y pienso, ¿de verdad esto pasó por varias manos en una editorial como Random House y nadie dijo nada?
en principio, las imperfecciones ortotipográficas marcadas no son estrictamente errores (con excepción del «principal [...] principalmente», que tiene tela), pero denotan descuido en el estilo y, por lo menos a mí, incomodan la lectura. cuando el primer párrafo de un libro que se comienza con promesas bajo el brazo es así, entran ganas de cerrarlo y no miralo más. no lo entiendo, la verdad.


4 comentarios:

  1. No es sorpresa. Lo peor que yo he visto fue en Seix Barral. La serie favorita del personaje era "Fraiser", que en realidad se escribre "Frasier". El error aparecía en todo el libro. En fin...

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    3. No, la verdad es que no es sorpresa, en eso tienes razón. Lo que comentas sería un fallo ortotipográfico puro y duro. El caso que yo comento es el de un estilo terrible que nadie ha querido tocar o se ha molestado en hacerlo. En este caso, el del estilo de un autor que supuestamente es lo más de lo más, van implícitas reflexiones sobre lo que es bueno, lo que es malo y lo permisivos que somos o se es con lo que en teoría está dentro de la primera categoría. Lo segundo (lo de «Fraiser») entraría más en el terreno de la simple incompetencia. Por otro lado, personalmente tengo la sensación de que en los últimos tiempos es mucho más fácil que antes el encontrarse errores ortotipográficos acá y acullá (y suelo hacer referencia a ellos cuando hago críticas de libros, porque es algo que me importa) y no me cabe duda de que se debe a las políticas de reducciones salariales, de personal, etc., sobre todo en el caso de las editoriales más grandes, que son las que tienen la posibilidad de jugar con estas cosas, y en el caso de algunas editoriales pequeñas al intento de abaratar el coste de edición por algún lado. Aunque algunas de estas pequeñas editoriales de creación relativamente reciente se están molestando, precisamente, en ofrecer no solo un producto literario sino además una forma y un objeto agradables a la vista y al tacto. Sin embargo, hace poco leí 'Era una broma', editada por Rayo Verde, y es un ejemplo terrible en ese aspecto. Pensaba subir una crítica un día de estos, en fin...

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