miércoles, 17 de junio de 2015

violentia gratuita

Leído La hora violeta de Sergio del Molino. No está mal. Esperaba menos. A veces peca de una falta de contención que le hace caer en la ñoñez e incluso en un patetismo desagradable. Por ejemplo, en cierto momento un símil muy perro y manido de médicos nazis como verdaderos culpables de los excesos del Tercer Reich, antes que sus artífices políticos, etc., todo por una rabieta. Seguro que es un sentimiento muy normal en un padre con un hijo en estado grave que es atendido de un modo aparentemente incorrecto por un médico, pero digo yo que el papel del escritor, entre otros, es el de estar por encima de estas cosas o por lo menos tratarlas con una perspectiva diferente, más analítica o si ha de ser visceral con una visceralidad que no sea mundana, si no, luego no nos quejemos de Belén Esteban y de la lata que nos da con Andreíta. Está bien todo el tema de la conversación con la obra de Umbral y tal, pero la enjundia intelectual no puede estar solo en la idea, ha de notarse también a lo largo de la lectura. En ocasiones, allí donde hay más autenticidad y desnudez, emociona sinceramente. Puede ser un buen libro, suficiente para invitar a cada cual a que lea y opine, pero no es un gran libro.

3 comentarios:

  1. Qué mal lee usted. El símil "perro y manido" que cita no atribuye a los médicos la culpabilidad del Tercer Reich, sino a los profesionales que se escudan en la obediencia debida y a los mandados, a los funcionarios incapaces de ejecutar otra cosa que no sea su tarea. Si no se entera de lo que lee, difícilmente podremos tomar en serio sus juicios sumarísimos. Me guardo la opinión sobre alguien que reclama una "perspectiva analítica" para un padre que acaba de ver cómo su hijo vomita sangre. Perspectiva analítica que a usted, a todas luces, le ha faltado aquí.

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    Respuestas
    1. Había escrito una respuesta pero, por alguna razón, no se ha publicado.
      Trataré de ser lo más fiel posible a lo que ya había escrito. Decía que, puede suceder que cuando juzgamos la obra escrita, a partir de una experiencia vivida, por «un padre que acaba de ver cómo su hijo vomita sangre», nos exponemos, a nuestra vez, a ser juzgados como seres carentes de sentimientos. A mi entender, si escribes tu libro y lo publicas, no puedes escudarte (o que te escuden) en ello. Es trampa. Es feo. «El símil "perro y manido" que cita no atribuye a los médicos la culpabilidad del Tercer Reich, sino a los profesionales que se escudan en la obediencia debida y a los mandados, a los funcionarios incapaces de ejecutar otra cosa que no sea su tarea». OK, acepto la corrección y no veo en qué puede cambiar la (mi) conclusión.
      También decía que si te (y decía que me permitieras que te tuteara y que, a tu vez, podías tutearme si te apetecía, puesto que las alusiones reverenciales en los anónimos escritos en Internet suelen estar, irónicamente, de espuma) hubieras fijado en la sentencia «En ocasiones, allí donde hay más autenticidad y desnudez, emociona sinceramente» igual de bien que en la otra a la que aludes, tendrías que juzgar de otra forma mi empatía o mi falta de ella hacia la obra de Sergio del Molino.
      Te decía que no hago juicios sumarísimos, sino que escribo mi opinión sobre una obra que he leído y trato de que esa opinión sea algo más fundamentado e interesante que algo del tipo: «Me ha gustado porque es bonito» o «No me ha gustado porque es feo», que es lo que parecen reclamar aquí y allá anónimos como el tuyo, como si estuviéramos hablando de obras que está prohibido tocar porque se rompen. Te decía que no espero que todo el mundo esté contento o de acuerdo, pero también que prefiero aquellas críticas o aquellos apuntes que contengan un argumentario y que generen el debate y, en base al mismo, la mejora del conocimiento o la indagación en una obra.
      Y también te decía que sí, que mejor te guardases tu opinión sobre mí, que aquí de lo que estamos hablando es de literatura, aunque si exiges respeto para la obra de Sergio del Molino porque ha visto vomitar sangre a su hijo, la literatura es algo que tú no conoces.

      Y también te decía que, en cualquier caso, gracias por pasarte y por comentar.

      Aunque creo que me había quedado mejor todo la primera vez que lo había escrito.

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    2. Ah, sí, también decía una cosa más: que yo no «reclamo» nada a Sergio del Molino, Dios me libre; lo que hago es apuntar a lo que me parece una carencia del libro. Una carencia que, si yo estuviera en lo cierto y realmente tuviera lugar en la obra, no sería baladí, puesto que es el criterio de calidad para que haya diarios publicables y meros diarios. Por mi parte, siempre preferiré los diarios de Hugo Ball o Witold Gobrowicz a los de Ana Frank.

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