Muchas cosas querría
haber hecho en este blog en 2017, y en muchos otros sitios.
Aquí dejo unos comentarios
sobre tres señores discos que salieron este año. Tenía comentarios para
montañas más de ellos; a ver si me da tiempo antes de que se termine este doceavo
mes. ¿Y para qué? Quién sabe; por eso de haber conseguido hacer al menos algo.
Ofermod -Sol Nox
Van pasando los años y
todo el mundo está a la espera, temporada tras temporada, de que se agote la
teta del black metal; sin embargo, este estilo comenzó a retomar posiciones a
principios del milenio para reuperarse de su propio boom, y, por lo que parece,
será mejor no adelantar una crisis del sistema, en vista de los discazos que se
han ido sacando desde entonces, y diría que en particular en esta nueva década
a la que ya no le queda tanto. Ofermod, que ya habían hecho un trabajo redondo
y sorprendente con Thaumiel en el
2012, vuelven a demostrarlo este año con Sol
Nox.
Podemos decir que, una
vez codificados, ya desde hace años, las pautas y estándares de un black metal
arquetípico, como ya pasó con el death metal o mucho antes con el rock'n'roll,
tenemos a quienes lo toman como excusa para repetirse y repetir hasta la
saciedad lo que ya estaba hecho por otros y no hacía falta volver a hacer, y a
quienes sin salirse necesariamente de esas pautas y estándares, tratan de traer
ese sonido al momento presente e incluso llevarlo un poco más allá, dando
pinceladas sutiles pero poderosas aquí y allá de a qué se podría parecer el
futuro; en este caso acompañándose de una producción pulcra pero no plana e
inorgánica, con todo perfectamente integrado y un sonido perfecto de batería,
que ni tapa ni es tapada ni parece sonar por otro lado.
Atención a los coros
progresivamente desquiciados de Smaiut N
Set, los cánticos alienantes de Sun
Of Dead Seasons o los riffs maléficos de The Alpha Of The Antichrist o To
Dare The Tower, entreverados en una masa informe de maldad satánica con un
broche de oro en la forma de un cierre sinfónico que nos hace mirar a nuestras
espaldas, para asegurarnos de que la niña loca del exorcista no está ahí, a
punto de saltarnos a la yugular.
Quien ame el black metal
con todas las letras bien puestas y sin ninguna más, poco amigo de teclados
pero tendente a una concepción lúgubre de lo atmosférico y centrado en la
mezcla de tenebrosa oscuridad y furiosa rabia que nos legaron the [true]
true Mayhem, tal y como se
viene practicando con acierto en los últimos años por una serie nada
despreciable de bandas, sin que lo ortodoxo sea coartada para subproductos
infumables y equivocadamente maqueteristas y trabajos de escasa o nula
creatividad, encontrará en Sol Nox un
asidero seguro, un remanso de paz satánica y satisfacción anticristiana
perfecto para pinchar, por ejemplo, en el día de los Santos Inocentes.
Svartsyn-In Death
Tétrico, sucio y brutal.
Con estos tres adjetivos nos podemos hacer una imagen limitada pero precisa de
lo que nos encontraremos en In Death.
Recuerdo que la primera vez que oí hablar de esta banda fue en el pequeño
espacio de críticas de metal extremo de la Kerrang!,
la mejor sección de una revista pacona como ella sola, que no lo parecía tanto
gracias a la esforzada competencia de la Heavy
Rock. De aquella acababan de sacar un álbum llamado The True Legend, que, por lo que se ve, regrabaron hace unos años,
vaya usté a saber por qué (dudo mucho que con la avidez dolarística de unos
Dimmu Borgir regrabando el Stormblast).
La verdad es que aquella crítica no llevaba a interesarse por ellos y eso fue
lo que hice, no interesarme, hasta este 2017, en que acabé escuchando In Death por puritita casualidad, y
menos mal, porque destaca y mucho por encima de la media. Sumérjanse con la
bendición de Satanás en la furia imparable y demoledora lobreguez de Seven Headed Snake; en la aridez del
medio tiempo de Dark Prophet, sobre
cuya base firme y repetitiva se intercalan extraños puentes de percusión,
aparentemente sin orden ni concierto, dejándonos confusos durante los segundos
en que hacen presencia, mientras el tema va creciendo y transformándose en un extraño
trayecto hacia la locura; en la pegada de With
Death; en la estructura aparentemente simple pero sofisticada y la extraña
combinación de ritmos y riffs e intervención de la voz (que es en realidad el
gran secreto de este álbum en general) de Inside
the White Mask; la agresividad apenas latente y luego explosiva de Black Thrones of Death, que nos conduce
irremisiblemente hacia el caos para redirigirrnos hacia el último tramo y dejar
que tomemos el mínimo aliento antes de sumergirnos en la sentencia final de Exile in Death. Sin producción de
culísimo (aunque no limpia precisamente, pero sí al servicio de un interés
creador y no de la pose fácil), sin banderas de malotes, sin leyendas europeas,
sin fotos de andobas pintados y haciendo el canelo en la huerta de su madre y
fotocopiadas también de culísimo. Si puedes superar todas esas graves carencias,
saldrás ganando, porque quiere decir que no eres idiota, que tienes muy buen
gusto, y podrás disfrutar de esta joya.
Dødsengel-Interequinox
Hay que ser muy crac para
darle la vuelta al black metal cada vez que lo tocas y que siga siendo black
metal. Dødsengel se toman su tiempo para ir facturando discos de
los que hacen HISTORIA, así en letras mayúsculas. Si no, el tiempo hablará.
No me acaba de gustar el estilo. En mi opinión, se invierte mucho en la atmósfera oscura y en tener un ritmo rápido y contundente, pero las canciones apenas tienen matices. Me faltan cambios y cierto factor de imprevisibilidad. Tampoco ayuda que siempre usen los compases 3/4 y 4/4 :P
ResponderEliminarMi granito de arena:
Yoink
https://yoinknyc.bandcamp.com/releases
El mejor tema posiblemente sea "Love Machine Combo". "Spirit Bomb" está bastante bien también.
si no te gusta el estilo no hay nada que hacer. no te gusta y punto. de esos tres, la joya de la corona sería el de Dødsengel, a pesar de que le haya dedicado menos espacio con diferencia. bastante imprevisible, en su caso, aunque puede que más para alguien que ya está dentro de «los códigos» de estas sonoridades, no sé. en cualquier caso, haces bien en apuntar a la atmósfera, creo que es la búsqueda y el logro de estos discos en particular. la forma de eludir los compases 3/4 y 4/4 de ese cajón de sastre conocido como música matemática se me ha acabado por presentar como una fórmula más, igual de carente de sorpresas. una gran cantidad de grupos me acaban sonando a lo mismo, exactamente igual que me ocurre con la música «usual»; en cualquier caso, en música extrema hay una relación con esos compases «novedosos», en particular en el mundo del grindcore (Discordance Axis o lo primero de The Dillinger Escape Plan), aunque en cuanto al black metal está muy presente en varios trabajos de Blur Aus Nord, por ejemplo, o quizá Deathspell Omega, si bien más como un recurso que como una presencia constante (los primeros me gustan, los segundos, ñeh).
EliminarNo se trata de eludir lo convencional si no de componer libremente sin caer en el 3/4 4/4 constantes. Como el verso libre en poesía :)
EliminarEn un camino entre medias (metal-math rock) podría estar Animals as Leaders, no sé si lo has escuchado. A mí no me acaban de convencer del todo porque en su mayoría es mucha técnica y poco feeling, pero quizá te gusten, tienen algunos temas bastante buenos.
Este por ejemplo está bien:
https://www.youtube.com/watch?v=g68hQ4zJ3t0
*sino (se me fue)
Eliminar«No se trata de eludir lo convencional si no de componer libremente sin caer en el 3/4 4/4 constantes»; desde luego, esa es la intención original, sin duda. de hecho no digo que la idea se trate de «eludir lo concencional», lo que sí digo es que al final se acaban eludiendo los compases al uso como un fin en sí mismo, para dar lugar a una sonoridad de tipo estandarizada en la que los grupos acaban por sonar muy parecidos unos a otros, con lo que la exploración de lo «nuevo» o lo «distinto», la exploración artística, en fin, acaba por ser un fetiche y me interesa tan poco como (o lo mismo que) cualquier otra estandarización. no tengo ningún problema con que sean todo lo raros o chocantes con respecto a la costumbre que quieran ser. no busco una mayor normalidad o no es la supuesta falta de normalidad lo que me causa rechazo; de hecho esos Animals of Leaders no me han convencido nada por su convencionalismo; demasiadas reminiscencias del rock progresivo de toda la vida, que personalmente me aburre bastante, como me pasa con el jazz de tipo codificado (que asocio a señores con camisas hawaianas y pantalones blancos sonriendo con un placer forzado mientras se miran a los ojos con una complicidad forzada y tocan música forzada y sin alma (o con un alma forzada, para que su público pequeñoburgués se pueda decir con complacencia: «Esto es música con alma») o los grupos de jazz supuestamente vanguardistas que siguen sonando a Coleman en los 60 (ni hay riesgo comercial, pues como toda música codificada eso ya tiene su público fijo ni, por supuesto, hay vanguardia). esa es la razón por la que me encanta un grupo como Sunn o))) pero jamás me harán gracia ninguno de sus imitadores, por mucho que la música pueda no estar mal: hay tipos de música (de arte) que solo con repetirse una vez ya están muertos. en ese sentido y aunque parezca contradictorio, es más honesta la música que se pretende comercial con todas las letras (o su deshonestidad está en otra parte, si se prefiere). de hecho, sin necesidad de que me corra con esa música (aunque en la actualidad consumo con un placer mucho más cómplice un nuevo temita de Taylor Swift que un nuevo temita de unos Iron Maiden cuyo público pretende formar parte de algo diferente al rollo Taylor Swift), a veces descubro grandes cosas reparando en detalles de producción o del uso de las voces en canciones de radiofórmula, fogonazos de algo interesante, como cuando pillas un plano o una idea cojonuda en una peli que en general no está hecha para ti. lo mismo me pasa, ya fuera de la radiofórmula, con la música electrónica o con las producciones de hip-hop (de donde, de hecho, suelen robar sus fogonazos los productores de radiofórmula o roban productores las grandes empresas de la industria de la radiofórmula); en esto probablemente nos movemos en dos mundos diferentes, porque aunque sí me interesan la estructura y la ejecución, primo el sonido puro (que se puede haber conseguido a través de juegos con la estructura o la ejecución o no) cuando busco sorpresa o emoción.
Eliminaraclaro que todo esto no quiere decir que no me guste este tipo de música; ya sabes cómo me gustaron Cheval de Frise cuando me los descubriste.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarContesto algo tarde, pero contesto :)
ResponderEliminarLo que estás diciendo, o lo que entiendo, es que los que escriben poemas en verso libre lo hacen deliberadamente para evitar lo tradicional y eso es una falacia. En realidad lo que hacen es crear libremente, que es lo que esa liberación estilística les permite. De hecho, si ahora te viniera un chaval de 20 años con un libro de poemas con todo versos alejandrinos fruncirías el ceño y ya de entrada pensarías que es algo anticuado (y muy posiblemente tendría limitaciones en ese aspecto). Igual te pasaría en pintura, si te viene un chaval haciendo retratos convencionales de su familia, levantarías los hombros.
No me puedes decir que uno de los estilos de música más "libres/liberales" a nivel estructural y tonal es estandarizado, es algo imposible por su propia naturaleza. Habrá grupos que se parezcan, la influencia es inevitable, pero de ahí a decir que es algo estandarizado...
Luego has entrado en un factor social/individual de diferenciación que no tiene nada que ver con lo que yo quiero decir. No escucho algo porque "me haga sentir diferente a los demás", ojalá el math rock le gustara a más gente y vengan a España todos los grupos que me gustan y la gente hiciera grupos de math rock en España (y encontrara un batería para tocar :)).
Para mí la música comercial en la mayoría de los casos está obsoleta a nivel artístico y creativo, simplemente porque reproduce patrones que llevan mucho tiempo desgastados. ¿Te puede hacer sentir algo esa música? Por supuesto. Pero es indiscutible que a nivel creativo y artístico no aporta nada.
Lo perfecto para mí es algo relativamente complejo a nivel melódico y estructural y que fuera capaz de generar emociones dentro de mí. Esto está en la música clásica, en algo de jazz y también en el math rock.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminar«Lo que estás diciendo, o lo que entiendo, es que los que escriben poemas en verso libre lo hacen deliberadamente para evitar lo tradicional y eso es una falacia» = Lo que entiendes, efectivamente ;). yo lo que digo es que cuando Hugo Ball compuso poemas fonéticos, eso quería decir algo y aportaba algo, pero seguir haciéndolo supone una importante acumulación de nada. eso, independientemente de interpretaciones sociológicas de polos opuestos que atañan al individuo y a la masa. no solo no es una falacia sino que es una verdad como un templo a la que cualquiera que quiera hacer algo creativo con honestidad debe enfrentarse. sobre el resto de lo que dices puesto que no asumo que tu interpretación de mis palabras las represente, lo dejo así. tampoco creo que hayas interpretado correctamente mis reflexiones sobre lo que es comercial, lo que no es comercial, etc., al darte por aludido. si quisiera hacer alusión a tu postura en particular, no habría utilizado el ejemplo de Iron Maiden. sobre lo perfecto, por lo demás, no tengo una teoría cerrada sobre eso. todo lo que pido a una creación para dejar de considerarla entretenimiento o espectáculo y empezar a tratarla como arte (esto suena muy pedante pero creo que así nos entendemos) es que me hable a mí y hable a su tiempo. las fórmulas para hacerlo pueden ser variadas.
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