jueves, 13 de septiembre de 2018

Eagles of la República Popular de mi Casa

Ataraxy – Where All Hope Fades

Pues…

los tiempos en los que en este país se hacía música con complejos o (su reverso tenebroso) en los que desde la industria se nos pedía que hincháramos el pecho de orgullo patrio ante productos que no cubrían la cuota si se comparaban con lo que había por ahí afuera pasaron ya hace mucho. También es cierto que en el death metal siempre hubo escuela, con el trabajo temprano (con respecto a las áreas genésicas) de bandas como Absorbed, Fermento, Unbounded Terror, Unnatural, Hemorragia o Avulsed y el trabajo que, para bien y para mal, se hizo desde Repulse Records. Unos con mayor fortuna y otros con menos, el death metal patrio no fue pábulo de fetos malparidos entre infantiloides y vergonzantes como sí lo fueron, por ejemplo, el black metal (esos Dark Drakkar) o el jebi con 'j', con sus remedos noventeros muy locos del speed metal que entonces pegaba (Sorcery, por ejemplo, y otros tantos de los que no me quiero acordar, un poco por vergüenza ajena y un poco porque algunos aún siguen en el business). No tuvieron poca culpa de esta copiosidad de tercera categoría las prácticas de ciertas discográficas que trataban de pillar su cuota de mercado a base de publicar a cascoporro y con malísimas producciones, en lugar de mimar cada producto en particular, como corresponde a las casas pequeñas y sin delirios de grandeza; luego eran los primeros en dar la tabarra con lo de que había que apoyar lo local (sí, estoy pensando en Arise Records).

Pero…

esos tiempos pasaron y el presente supone que bandas como Ataraxy fichen desde Zaragoza con una discográfica como Dark Descent, de catálogo impecable y base en Colorado, para escupir un pedazo de obra como es Where All Hope Fades. Teniendo cuenta que los de Colorado se decantan por el death metal pesadón, aplastante y oscuro (o al menos es en lo que tienen mejor ojo), no extraña que el trabajo previo de esta gente llamase su atención. Aunque ya pasaron años desde aquel Revelations of the Ethereal (2012; con un sencillo de dos temas en 2016, The Festival / The Tomb) y, no sé cómo lo verá otra gente, pero a mí me parece que se nota bastante. Y no es que aquel fuera un mal álbum (de hecho, se trata de un pepinazo importante que no hay que perderse, con ojo a supertemazos como Ceremonial Flames), pero se percibe en Where All Hope Fades una férrea voluntad de ir un paso más allá, de no conformarse con hacer «simplemente» otro buen álbum, ¿de trascender? No es que hayan materializado un cambio de estilo, pues mantienen una continuidad bastante coherente, que otorga al conjunto de los trabajos un carácter compacto. En algún sitio vi que se los definía como «new old school death metal» y la verdad es que me parece una etiqueta muy acertada tanto para ellos como para una gran cantidad de bandas que, en los últimos años, están partiendo de presupuestos «clásicos» para dar forma a un death metal de pleno siglo xxi, el famoso un paso hacia atrás para dar dos pasos hacia delante, tal como lo hacen de hecho tantas de las mejores bandas de Dark Descent, como pueden ser Ensnared, Blood Incantation, Spectral Voice o Krypts, frente a la oferta meramente vintage de unos Binha, por no cambiar de casa. Como ocurre con la música de aquellos, todo en Ataraxy aparenta en lo superficial estar hecho para el amante del death metal de siempre, pero no hay que esperar mucho para ver que, sin ni mucho menos crear un nuevo estilo ni pretenderlo, Ataraxy actualiza ese legado. A la vocación de putridez pesada y oscura con recurso a los armónicos desquiciados heredada de (cómo no) Incantation, se suman el uso recurrente de teclados para reforzar la ambientación tétrica (nada de orquestaciones pomposas, por fortuna), renegando de toda mayestática y ubicándose siempre en el terreno de lo macabro, así como de guitarras afiladas y melódicas con tempos percutivos agresivos y constantes, de querencias más jebis (o más thrash, según se mire) que un death metal puramente a la estadounidense, lo que también los acerca al famoso estilo de Estocolmo (también la producción es menos compacta que la de unos Incantation, menos aplastante y más cercana a la de un death metal más primigenio); esto, por otra parte, tanto trémolo y tanto arpegio, ya se sabe, hacen aflorar ese black metal siempre latente en toda buena banda de death oscuro. Sea como sea, basta para escuchar enganchadas la apertura instrumental The Absurdity of a Whole Cosmos y el primer tema al que da paso, el monumental A Matter Lost in Time, para conocer todos los ingredientes de la receta que nos traemos entre manos, que incluye, además de lo dicho y alguna otra cosa (como un cierto regodeo en los desarrollos de las partes instrumentales y en la tendencia de estas a la melancolía apesadumbrada, de aire romanticista, algo muy destacado en el último corte, The Blackness of the Eternal Night), no poca melodía, que no pastel (no sé si estaré loco, pero en algún momento hasta me pareció percibir algún ramalazo de Dissection); luego no hay más que relajarse y dejarse llevar por las voces enloquecidas, violentas pero desesperadas (como si a Van Druunen le saliera bien lo que lleva tratando de hacer toda la vida), que nos narran la visión de existencialismo nihilista que envuelve la música de Ataraxy, una cosmogonía enlodada en la que la presencia del ser humano no solo no tiene sentido, sino que está condenada al sufrimiento y a la irracionalidad. Todo se nos escapa de las manos y estamos destinados a no entender nada. El mundo es una puta mierda y los de Ataraxy lo saben. Si Where All Hope Fades es un himno o una muestra de aflicción, eso queda a juicio del oyente.


El 2018 también promete en Dark Descent lo de Hyperdontia (los dos temas que circulan por ahí, Aura of Flies y Majesty, lo petan en su onda de unos Morbid Angel pero más pesados y oscuros); lo de Malthusian; el black metal agresivo, oscuro y medio desquiciado de Devouring Star; la locura lo-fi y trastornada de Dire Omen, o la brutalidad tenebrosa de Ritual Necromancy. Luego que por qué se nos mueren las plantas de casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario