lunes, 2 de marzo de 2015

Regurgitate-Sickening Bliss



Preparen a partes iguales su sistema auditivo y su aparato digestivo para este ataque frontal. Tras una modesta pero original portada, –aparentemente imagen ñoña de alguna cartela colgada en la sección de maternidad de un hospital cualquiera, pero en realidad casquería de la buena si nos fijamos con atención (casquería sutil, si es que eso existe)–, se esconden casi 40 minutos de grindcore (goregrind, si nos ceñimos al aspecto estético-letrístico) sin cuartel.

Grindcore. Relapse. Año 2006. O sea: crema.

No se puede decir que haya nada nuevo aquí, y en pleno 2006 (fecha del álbum, no es que me haya quedado congelado en el tiempo) no han pasado pocos ejemplos de esta musiquilla por nuestros oídos, pero la cuestión es que se trata de un disco muy bueno, sin más, pero sin menos.

Muy enfatizado el aspecto hardcore frente al death/metálico/jebi, clásica mezcla entre voces guturales ultragraves y otras más gritonas, con distintos grados de gorrineo según el momento, el piñón fijo prevalece, pero hay lugar a momentos de putrefacción ralentizada, protagonismo distorsionado del bajo, un poco de melodía (en el uso más concreto de la palabra; no estamos hablando de accesos ñoños o pseudocomercialoides), solos de guitarra aquí y allá (ni metidos por meter ni tocados porque sí) y en general una variedad sin recurrir a experimentos gratuitos, que le da al álbum una diversidad muy de agradecer, ya que se escucha de un tirón, sin sensación de repetición (lo que a veces pasa en las mejores familias, con este tipo de música). Hay temazos como Putrid Serenity, que empieza con un riff así como con ecos sludge, por debajo del cual entra más tarde la batería metralleta, temas de grindcore puro y duro como Tenderizing the Malformed o más rítmicos como Violent Necrophilic Climax (que empieza con un bajo distorsionado la mar viciante, que luego vuelve a tomar el protagonismo de solanas en algún tramo). Los tres temas mencionados van seguidos, así que lo dicho: variedad y entretenimiento. Más temas: ritmillos rockanroleros en Cavernous Sores, algo así como ramalazos death metal en Gutrot Hogfrenzy (por ejemplo; hay alguno más), algo más punkarras en Undying Lust for Cadaverous Molestation, música retorcida y compleja en Battered With a Brick (una hostia de cojones), oscuridad épica en Addiction (intrumental, si obviamos el discursito final a capela), o el vértigo impenitente en los dos últimos temas, Hacksaw Hysterectomy y Catatonic Possession, que después de unos 40 segundos de descenso sin freno hacia los infiernos, baja las revoluciones para acabar dejándonos una incómoda sensación de pútrida oscuridad.

La producción está bastante bien, muy lograda. Se distinguen los instrumentos y se integran bien con la voz, sin perder potencia y sin sonar a plástico o a sobreproducido. Para que quede constancia y aunque no lo comparto, he leído por ahí que a algunos les parece que la batería se oye demasiado bajo con respecto al resto del sonido y eso hace que haya que poner bien el oído para escuchar algunos de los blast-beasts, con lo que pierde potencia. Por lo que a mí respecta, el sonido es correcto en ese sentido, pero ahí queda.

Desde que escuché por primera vez el Sickening Bliss, debo de haberle dado ya unos cuantos repasos, y no es, ni de cerca, uno de esos discos que puedan perder pegada con las escuchas, puede que sea al contrario, incluso, que con las escuchas vaya a más. En mi caso, se trató de mi primer acercamiento en serio a Regurgitate (antes, nada más que temas sueltos en distintas recopilaciones, radio, etc.), a pesar de que hace muchos años que la banda cuenta con el reconocimiento del público (qué le vamos a hacer, no hay tiempo para prestarle atención a todo en cuanto sale a la luz, y a veces bien que jode). El caso es que parece ser que con su anterior obra, Deviant, tuvieron algunos ramalazos que no gustaron, en particular una nueva dirección más oscura, melódica y ambiental (pero no se hagan ideas raras, ojo, seguimos hablando de grindcore), y en esta que comentamos ahora, mezclaron la música que siempre había gustado a sus seguidores con lo mejor de Deviant, de un modo, a juzgar por las críticas bastante acertados.

Lo poco que he escuchado de Deviant me ha gustado, la verdad, así como del anterior Carnivorous Erection (del Effortless Regurgitation of Bright Red Blood, primer largo, nunca he escuchado nada siendo consciente de ello). Puesto que este Sickening Bliss me ha gustado bastante (recomendadísimo, vaya), espero escuchar el resto de la obra con más atención y hablar de ello en este blog, y de paso hacer alguna apostilla a esta crítica musical, una vez desentrañado el papel y contexto de Sickening Bliss en la evolución de una banda que apunta alto y no se conforma con combinar tres o cuatro riffs más o menos pegadizos y los blast-beats a piñón fijo, sino que, sin dejar de ser honestos a un estilo, tratan de ofrecer algo de calidad superior. Al menos eso es lo que a mí me transmiten.

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