Sexto trabajo de esta noruega y primero que cae en mis manos, y qué bien, porque ha sido uno de los discos que más a sonado en mi reproductor durante 2015. Podríamos decir que se trata de un pop electrónico que recuerda mucho a Austra, con el toque de Kate Bush quizá algo más acentuado. Esa es una buena referencia para entendernos, sí, rollo Austra/Zola Jesus más luminoso e inocente* a ratos, pero también más enérgico a su manera, definitivamente más sexual y, por lo tanto, caleidoscópico. A pesar de lo dicho, decir pop electrónico quedarse tan anchos, también es quedarse cortos. Tiene canciones redondas a puñados, pero destacan Fade Away, Aceleratte, Kamikaze, Slowly o Delirious, que podrían escucharse en bucle eterno sin llegar a cansarse jamás. Rebosa carácter y sensualidad (el tipo de Susanne Sundfør es normal, como lo es su forma de vestir, por si hubiera interpretaciones simplonas de esa palabra, que aquí se habla de música, no de productos de hamburguesería) y, por lo que he podido ver en algún vídeo, debe de ser la caña en directo. Quien se lo pierda, que no diga que no estaba avisad@.
*Aunque las cuelgo ahora, escribí hace un tiempo estas palabras, y en la relectura, me da que decir «más luminoso e inocente» no es del todo correcto. Es más luminoso, puesto que en los trabajos de Austra y Zola Jesus (en los buenos) hay una oscuridad que no hay en Susanne Sundfør; quizá fue eso lo que me llevó pensar erróneamente en «inocencia», pero las palabras clave son, en realidad, «sexualidad» y «sensualidad». No es más «inocente» por ser «luminoso», sino que es luminoso por ser sexual. No hay inocencia en este disco.
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