lunes, 12 de septiembre de 2016

ortodoxia y más allá. let spend the night with… Batushka!



2015 sin duda fue un gran año para Satanás, y, aunque aún es pronto para verlo con suficiente perspectiva (quién sabe si 2016, aunque no hay señas por el momento, lo igualará o incluso lo superará, o si el 2015 se quedará al paso de los años en el inicio de una escalada que lo dejará en nada), hubo un montón de lanzamientos que destacaron por su calidad y que puede que lo conviertan en un año-hito para el black metal. La verdad es que la media es de órdago, con discos como The Dreaming de Akhlys, Downfall of Nur de Umbras de Barbagia, Scar Sighted de Leviathan, Ygg Huur de Krallice, Söngvar elds og óreiðu de Misþyrming (hay en proyecto una entrada o un par de ellas sobre el black metal islandés, pero no hay tiempo para todo) o el ya visto en este blog Exercises in Futility de Mgla. Incluso en los estilos más épico-folklórico-nanianieros, que por aquí no gustan demasiado, ha habido una serie de lanzamientos que han sido objeto de grandes halagos por parte de quienes disfrutan de estas sonoridades, como Beware the Sword You Cannot See [gran consejo, por cierto] de Forest of Swords, Shards of Silver Fad de Midnight Oddissey o el amado y odiado a partes iguales [aunque odiado con más pasión, diría yo] M de Myrkur.

En resumen, un año de puta madre, en el que todos los discos mentados (de la primera tanda, se entiende), en mayor o menor grado, asimilan las sonoridades oscuras impulsadas por el black metal ortodoxo a lo largo de algo más de la última década y haciendo honor al legado de [The True] Mayhem, que a pesar de todo pareció haberse quedado en nada a finales de los 90 y primeros años de los 2000. Es decir, velocidad y crudeza combinadas con sonoridades lóbregas, tenebrosas, y temas que se basan en lo satánico para deslizarse al ocultismo, cosmovisiones basadas en el caos o mitologías más o menos heréticas como el gnosticismo, negatividad, misantropía… También, más o menos en todos ellos o en muchos de ellos, está presente el uso de la disonancia, más que como un estilo (aunque en ciertos casos también), como un recurso más en la caja de herramientas, al igual que una mayor variedad en las voces sin necesidad del recurso a la voz limpia, tratando de acentuar la teatralidad, lo escatológico, lo oscuro; así como cambios extraños de un riff a otro, cambios y progresiones inusuales, lo que transmite en ocasiones una sensación de caos bien estudiada, comunión de agresividad y atmósfera, minimalismo, ramalazos de ritmos crustirockanrolerizados… Todo esto y alguna otra cosa es lo que tienen en común la mayor parte de los grupos que en los últimos años tratan de hacer cosas nuevas con el black metal sin alejarse demasiado, sin embargo, de su esencia musical.* Se podría decir que, si obviamos su versión pop-espectacular, esta es la forma que tiene hoy el black metal.

Y en este contexto se ubica este Liturgiya de Batushka, banda procedente de Polonia, país que junto con Islandia (pero también con más tradición que esta última) parece dispuesto a quitarle el trono a Noruega, si no en lo que se refiere a las cifras y la fama, por lo menos en lo de la renovación digna de la cantera y del black metal en general (aunque, por un lado, quien tuvo retuvo, y por otro, no hay que olvidar que mucho de esto lo comenzaron los de Trondheim, lo que pasa es que esa gente es vaga de cojones y no saca discos ni patrás).

Bien, para empezar, Liturgiya se puede añadir a esa lista de discos de calidad superior del 2015, porque es un pepinazo la mar de fino. El rollo de Batushka es mezclar el black metal ortodoxo con música y estética bizantinas, con una gran predominancia de las voces claras (nada de tonalidades épicas a lo Garm e imitadores y herederos, sino en la forma de una emulación bastante impresionista de las misas cantadas tradicionales ortodoxas) y unos riffs de guitarra potentes, sencillos y con efluvios sinfónico-épicos, lo que nos retrotrae sin dudarlo al Transilvanian Hunger de Darkthrone, si bien entre uno y otro hay una gran distancia. También tiene bastantes semejanzas con el Exercises in Futility de Mgla, aunque la épica de Batushka es mucho más pronunciada, con menos carácter de umbría, pues de lo que se trata aquí es de recuperar para Satán la majestuosidad de las misas cantadas y escupirlas en forma de blasfemia. Un detournement satánico en toda regla. La producción es limpia (aunque no inmaculada y relamida, Satanás nos guarde) y potente, hace ganar puntos al trabajo de Batushka, que se escucha de un tirón y que de hecho gana enteros si se cata así, como conjunto antes que como simple colección de canciones. Al igual que el mentado Exercises, las canciones de Litourgiya se llaman todas igual que el álbum, cada una de ellas rematada con un número romano que corresponde al orden que ocupan respectivamente en el disco.

Como curiosidad, no se conoce la identidad de los miembros de Batushka. Por otra parte, parecen tener problemas con la Iglesia Ortodoxa Rusa, que considera su música e imagen como un insulto. Otra anécdota graciosa es que la gente parece hacerse la picha un lío con la estética pseudoreligiosa del grupo. Hay una discusión muy buena en Youtube en el que un montón de gente [aparentemente cristiana] parece empeñada en afirmar que se trata de una banda [también] cristiana. Uno de los miembros del grupo comentaba también en una entrevista una historia sobre un chaval que se metía en un foro a preguntar si no se trataría de una banda de unblack metal, ya que quería asegurarse antes de mancharse el alma y ofender al señor Lucifer con su escucha. Es curioso cómo en una época tan cínica como esta en la que vivimos, la ironía es, sin embargo, a dead scene.

Sea como sea, esto lleva el Certificado de Calidad de la Unión de los Infiernos y constituye una muestra más de que no todo tiempo pasado fue tan mejor.

Una cosa que se me acaba de ocurrir mientras escribía esta crítica: a ver si va a estar alguno de los de Mgla por aquí en Batushka disfrazao. Al final conseguirán que sus padres los echen de casa.


*Los mencionados Umbras de Barbagia no se ajustarían a esta descripción.

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